El paciente se debe colocar en
bipedestación con su ángulo de marcha y base de sustentación (está puede
determinarse mediante la exploración de la marcha). A continuación, se le pide
que eleve ambos talones hasta tanto como sea posible, cada dos segundos y se
anota el número de repeticiones realizadas. Esta maniobra puede realizarse de
forma doble, es decir, el paciente se encuentra con ambos pies apoyados en el
suelo, o de forma simple donde el paciente está con una pierna apoyada y la
otra en el aire, realizando la elevación de la pierna en apoyo. En ambas formas
el paciente puede utilizar los dedos de la mano para mantener el equilibrio
pero no para asistir el movimiento. Se contarán tantas repeticiones de
elevación como realice y se dará por concluida la maniobra cuando se produzcan
alguno de los siguientes supuestos:
- El
paciente presiona con su mano para asistir el movimiento.
- El
paciente flexiona las rodillas a la hora de realizar el movimiento.
- El
paciente al colocarse de puntillas
realiza un rango de plantarflexión del tobillo menor del 50% de su
amplitud total.
- El
paciente para o pregunta para parar (Lunsford, 1995).
Es importante señalar que al realizar la
maniobra el explorador debe observar si al finalizar el rango de plantarflexión
del tobillo el talón se ha colocado en una posición de varo y si el pie se ha
colocado en una posición de supinación
VALORES
NORMALES
Según Lunsford
y Perry (Lunsford, 1995),
25 repeticiones se considera el estándar para un grado normal. En todas ellas
el paciente debe tener colocado el talón en varo y el pie en posición de
supinación.
APLICACIONES
Estos test se utilizan en la
valoración clínica biomecánica para determinar el grado de competencia que
tiene el músculo tibial posterior y su tendón, de forma que cuando nos
encontramos ante un test positivo se asocia con la presencia de un pie plano
valgo por disfunción del tendón del tibial posterior
VENTAJAS
Maniobra sencilla y fácil de
comprender que la puede realizar el paciente por si mismo sin necesidad de la
intervención del clínico. Bien realizada esta maniobra permite predecir el
fallo mecánico del tendón del tibial posterior en estadíos iniciales o poco
evolucionados, lo que contribuye de forma muy notable a establecer un
tratamiento conservador adecuado y mejorar sustancialmente el pronóstico de
evolución de la disfunción del tendón del tibial posterior y sus consecuencias
sobre el aparato locomotor del paciente
INCONVENIENTES
O LIMITACIONES
Este test suele realizarse
para evaluar la competencia del músculo tibial posterior y especialmente de su
tendón. No obstante, debemos entender que cuando pedimos al paciente que se
coloque de puntillas, la primera mitad del rango de plantarflexión del tobillo
únicamente se realiza a costa del triceps sural y no es hasta el tercio final
del rango de movimiento cuando la acción del tibial posterior contribuye a la
supinación del pie y varización del talón . Así, en pacientes con debilidad del
triceps sural (de origen neurológico o de otro origen) podemos encontrarnos
falsos positivos.
También podemos encontrarnos
falsos positivos en pacientes que presentan cuadros de metatarsalgia, en
pacientes que presentan rangos de flexión dorsal de la 1ª MTF por debajo de los
20º-30º, en pacientes con coaliciones del tarso o en pacientes reumáticos o
diabéticos que presenten importantes restricciones de la movilidad articular
por su enfermedad.
BIBLIOGRAFÍA
DE APOYO
-
Lunsford BR, Perry J. me
standing heel-rise test for ankle plantar flexion: criterion for normal. Phys Ther. 1995;75:694-698.
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